Cosas que veo

lunes, febrero 26, 2007

DÍA DE CUMPLEAÑOS -Happy Birthday Mr. President



Durante el paso de los años uno va viendo con qué personas se lleva bien y con quienes no.
De igual manera, a unas intentamos conservarlas en nuestro "arsenal", y a las otras les damos puerta; emocionalmente, por lo menos.











Jordi B. -nombre ficticio, por humildad del protagonista- es uno de los primeros en mi lista de "conservas".
Como sucede con las mejores parejas y entre los mejores amigos, con J. nos ha mantenido unidos un delgado hilo de distancia. Flexible y sincero. Siempre hemos sabido que ambos estábamos al otro lado de la pared. Bastaría dar un pequeño golpe para aparecer.
Como el último día, como hace 15 años.
Nos conocimos paseando a nuestros respectivos canes: Timo y Asta. Ellos se hicieron "novios" en un sentido pureta de la palabra. Se profesaban cariño y respeto recíproco, y Timo no permitía que otro perro se acercase a Asta.
Con la coña del paseo nos acostumbramos a vernos así todas las noches, pasando de tv, de pelis y de cenas familiares.
Charlábamos sin fin de cualquier tema, jugábamos a tocar un órgano casio que apareció un buen día por casa, y nos reíamos de casi todo. Mientras, los perros también disfrutaban del frescor de la noche.
Con el tiempo nos llegábamos a Castelldefels o a cualquier playa a caminar con ellos, a jugar a tenis playa. Organizamos cenas, salidas de fin de semana a la nieve, fiestas multitudinarias a las que asistieron paseantes de perros y amigos dispares de cualquier lugar. Guardo las fotos, aunque se me ha hecho tarde hoy para buscarlas y escanearlas.
Incluso en los veranos solíamos cartearnos y mandarnos postales entre Barcelona y Málaga, a Madrid.
Como en todas las relaciones hubo su momento "distancia".
Ha durado unos pocos años, pero ahora soy feliz de poder constatar que volvemos a ser amigos.
¡Felicitats, Jordi!



1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces es difícil hacer un comentario a un escrito tan lleno de emociones. Cierto es que ese delgado hilo, a veces de apariencia inexistente, sigue alli, difícil de romper, porque las dificultades y los malos momentos lo convierten un hilo de seda, casi invisible aunque de extraordinaria resistencia y de calidad incomparable. Si claro que recuerdo esos momentos, todos y cada uno de ellos, esos paseos, esas clases de alemán a la 2 de la mañana sentados en un banco mientras Asta y Timo ya estaban cansados de su paseo nocturno, recuerdo esos automóviles, desde un Dyane 6 hasta un BWM, alemán auténtico. Recuerdo esas confesiones de medianoche y esas fiestas de las que hablas, con Guardia Urbana incluida. Pero si algo recuerdo, es tu capacidad de escuchar, comprender y estar como tu dices al otro lado de la pared, esperando ese golpecito. Gracias por ser como eres y por dejarme formar parte de tu mundo.