
Cercanos al A.O.R. como otros tantos, principalmente del lado oeste del Atlántico.
Fue éste uno de esos conciertos en que te encuentras rodeado de chicas en grupitos; miles de ellas. Ninguna te mira.
Lo bueno está en el escenario.
Lo curioso es que yo pensaba lo mismo: y más cuando fueron empalmando SIN PAUSA un tema tras otro. ¡Impresionante!
Compré entradas hasta para mi sobrina Kinus por si se escapaba.
Y al final acudí solo. No pude arrepentirme.
Y lo repetiría.

No hay comentarios:
Publicar un comentario